El refrán “Por San Juan, la sardina pinga el pan” es un dicho popular que se escucha en toda España en distintas variantes según la región (En San Juan, la sardina moja el pan es la más habitual), especialmente en las zonas costeras, y que marca el inicio de la temporada de sardinas. A partir del 24 de junio, coincidiendo con la festividad de San Juan, las sardinas alcanzan su mayor plenitud, tanto en sabor como en calidad, ya que estas se alimentan mayormente de plancton, larvas y juveniles de peces, que abundan más durante los meses cálidos cuando las sardinas tienden a sobrealimentarse, engordando y aportando más grasa, lo que se traduce en un mejor sabor y más “unte de pan” convirtiéndose así en una de las protagonistas indiscutibles de la gastronomía veraniega.
Pero este refrán no solo hace referencia a la estacionalidad de la sardina, sino que también encierra una metáfora sobre la abundancia y la prosperidad. La imagen de las sardinas “mojando el pan” simboliza la abundancia de este pescado, lo que permite disfrutar de un plato sabroso y económico, al alcance de todos.
Propiedades y características de la sardina:
Más allá de su delicioso sabor y bajo precio, la sardina es un pescado azul con un alto valor nutricional. Rica en ácidos grasos omega-3, vitamina D, calcio, fósforo y yodo, su consumo regular aporta numerosos beneficios para la salud, como la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, la mejora de la función cerebral y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Las sardinas son pequeñas, con un cuerpo alargado y plateado, y escamas brillantes. Suelen medir entre 15 y 20 centímetros de largo y habitan en bancos numerosos cerca de la costa. Se alimentan de plancton y pequeños peces, lo que les confiere un sabor intenso y característico.
Formas de preparación:
Las sardinas son un pescado muy versátil que se puede preparar de diversas maneras. Frescas, en conserva o incluso congeladas, ofrecen un sinfín de posibilidades culinarias. Se pueden asar a la parrilla, freír, hornear, escabechar o incluso consumir en crudo en forma de tartar.
Un pescado sostenible:
La sardina es uno de los pescados más sostenibles del planeta, ya que su pesca no tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Además, su corto ciclo de vida y su alta tasa de reproducción garantizan la sostenibilidad de la especie.
En definitiva, la sardina es un pescado sabroso, nutritivo y sostenible que merece ocupar un lugar destacado en nuestra dieta. Disfrutar de este manjar durante la temporada de verano, ya sea asadas, fritas o en conserva, es una forma deliciosa de celebrar la llegada del buen tiempo y de cuidar nuestra salud.
Recuerda que, además de ser un producto delicioso, consumir sardinas durante la temporada de San Juan contribuye a apoyar la pesca local y sostenible.