
Foto: Valentín Orejas
El Gallo (), también conocido como rapante o ojogallo, es un pescado blanco muy apreciado en la gastronomía. Pertenece a la familia de los Scophthalmidae, que incluye a los peces planos.
Hábitat y Forma
El Gallo es un pez demersal, lo que significa que vive en el fondo marino. Su hábitat se extiende por el Atlántico nororiental, desde Noruega hasta el norte de África, incluyendo el mar Mediterráneo. Prefiere fondos blandos, arenosos o fangosos, a profundidades que suelen oscilar entre los 50 y los 400 metros.
En cuanto a su forma, el Gallo presenta un cuerpo ovalado, plano y muy fino, adaptado a la vida en el fondo. Como otros peces planos, tiene ambos ojos situados en un mismo lado de la cabeza, en este caso, el lado izquierdo. Su coloración es parduzca o grisácea en la parte superior (la que mira hacia arriba) con manchas más oscuras, lo que le permite camuflarse con el lecho marino. La parte inferior es de color blanco. Posee una boca grande y oblicua, y sus aletas dorsales y anales son largas y se extienden a lo largo de casi todo el cuerpo.
Principales Propiedades Alimenticias
El Gallo es un pescado blanco, lo que lo convierte en una excelente opción para una dieta saludable:
- Bajo en grasas: Contiene un porcentaje muy bajo de grasa (menos del 2%), lo que lo hace ideal para dietas de control de peso.
- Rico en proteínas de alto valor biológico: Aporta proteínas esenciales para el crecimiento y la reparación de tejidos.
- Vitaminas: Es una buena fuente de vitaminas del grupo B, especialmente B3 (niacina), B6 y B12, fundamentales para el metabolismo energético y el funcionamiento del sistema nervioso. También contiene vitamina D, crucial para la salud ósea.
- Minerales: Aporta minerales importantes como el fósforo (para huesos y dientes), yodo (esencial para la tiroides) y selenio (antioxidante).
- Fácil digestión: Su carne blanca y magra lo hace muy digerible, siendo una opción excelente para niños, personas mayores o aquellos con digestiones delicadas.
Formas de Preparación
La carne blanca, fina y de sabor suave del Gallo lo hace muy versátil en la cocina. Algunas de las formas más comunes y deliciosas de prepararlo incluyen:
- A la plancha: Es una de las preparaciones más populares y sencillas, que realza su delicado sabor. Solo requiere un poco de aceite, sal y quizás un toque de limón.
- Rebozado o a la romana: Su filete fino lo hace ideal para rebozar, quedando crujiente por fuera y jugoso por dentro.
- Al horno: Puede cocinarse entero o en lomos, con patatas, verduras o una cama de cebolla y tomate.
- Guisado o en salsa: Aunque menos común, su carne puede integrarse en guisos suaves o acompañarse de salsas ligeras que no enmascaren su sabor.
- Frito: Ideal para trozos pequeños o tiras, logrando una textura crujiente.
El Gallo es un pescado muy apreciado por su sabor suave y su textura delicada, siendo una opción saludable y deliciosa en cualquier mesa.